Vomité mi odio, y me sentí mucho mejor. Mucho tuve que meter mis dedos en mi boca y mucho me ensucié; lo pasé muy mal. Pero al final lo conseguí. Vomité mi odio y ahora soy incapaz de albergar el menor rencor. Y ¡mira! fue un proceso sucio y doloroso para lograr algo hermoso y puro.
Ya te tengo dicho que no bebas odio, es todo garrafón.
ResponderEliminarx´D
ResponderEliminar