PENSAMIENTOS Y MEDITACIONES
Khalil Gibrán
Otro
librito del genial poeta libanés que va pa la saca. Ya subí en su día uno de
sus capítulos. En lugar de hacer una reseña al uso dejaré que el texto, que
animo encarecidamente a leer, hable por sí solo.
La sensibilidad y la ternura, el amor por la naturaleza y por el ser humano que
exuda cada línea que escribe este hombre me enamoran. Quizá sea esta una
recopilación un poco irregular, distinta de “El loco” y “El profeta”; pero el
total da muy positivo. La fama que tiene Gibrán es más que merecida.
EXCUSAS PARA NO PENSAR
Eduardo Punset

Puff…
A ver, por donde empiezo. Gracias a la televisión quien más quien menos todos
conocemos a este tipo, y en general la idea que tenemos de él es la de un buen
divulgador científico, preocupado por cuestiones como la felicidad y el
bienestar social, con una sana curiosidad en general y un sano interés por
todas las cuestiones antropológicas y evolutivas en particular. Con esta carta
de presentación, sumada al título del libro, esperaba encontrarme un lúcido
texto crítico con la sociedad de hoy en día, donde la información abunda más
que nunca (en mi opinión, más que abundar, satura), y donde aceptar como
válidas las opiniones que compartimos, que nos resultan cómodas, por así
decirlo, y rechazar las que no compartimos y nos resultan incómodas es, por
desgracia, un hecho generalizado. Esperaba, digo, encontrar un texto que
explicase desde un punto de vista científico ese comportamiento que, en
definitivas cuentas, nos lleva a “no pensar”.
Y no me equivocaba, pero tengo que decir que me decepcionó bastante. Punset
diserta a lo largo del libro sobre una serie de experimentos y resultados que
le llevan a adoptar una postura ciertamente determinista y, en gran medida,
sesgada de la realidad, acomodando sus premisas, razonamientos y conclusiones a
un mensaje único y tendencioso en el que se entremezclan la búsqueda de la
felicidad (no deja de tener ciertos visos de “libro de autoayuda”), la pereza a
la hora de pensar y criticar razonablemente de los seres humanos y, quizá lo
más decepcionante, una manera de escribir y exponer sus ideas completamente
simplista, y eso sin ahondar en lo reiterativo que es y cuanto llega a cansar
que continuamente vuelva la mula al trigo explayándose por enésima vez en tal o
cual afirmación…
En el libro, básicamente, realiza un estudio biológico y sociológico del
tema desde un punto de vista absolutamente inductivo en el que sus conclusiones
supuestamente no dan lugar a contraargumentación… cuando lo cierto es que desde
una perspectiva un poco más amplia pueden, constantemente, contraargumentarse.
En definitivas cuentas, la lectura de su libro invita a no pensar, a aceptar
como válidas todas sus conclusiones. Semejante contradicción es, por sí misma,
lamentable.
En cierta forma ha supuesto, para mí, la caída de un “mito”. Sus posturas
deterministas y reduccionistas tratan de explicar la realidad de una manera que
yo no puedo creer ni compartir. Pienso que el mundo y, con más necesidad aún,
el ser humano y su sociedad, no pueden sino ser analizados y explicados desde
un ángulo lo más integrador posible, son infinitas todas aquellas cosas que
influyen en la realidad y en la interpretación de la realidad y, por extensión,
en el comportamiento humanos, y aunque la biología está ahí y debe ser, por
supuesto, tenida en cuenta con mucha atención, tratar de reducirlo todo a
cuestiones biológicas y evolutivas y explicar desde ahí todo lo demás resulta
una postura tan sesgada y ciega que no merece demasiada atención. Además, en mi
opinión tal reduccionismo, aunque en un sentido objetivo sea ciencia, es
ciencia de la mala.
Con todo, explica algunos experimentos psicológicos interesantes y puede uno
estar de acuerdo con ciertas cosas de las que expone, pero el total es, como
digo, demasiado reduccionista y simplista como para ser tenido en cuenta con
seriedad.
No imaginaba que una persona como Punset, a la que tenía por un tipo muy
inteligente e inquieto, fuera a ser tan maniqueo en sus “lecturas” y
conclusiones sobre el comportamiento humano y la manera de modificarlo. Sí, el
mensaje que trata de transmitir es positivo y alentador, y quizá a mucha gente
el libro le diga algo. A mí, en realidad, no me transmitió nada.
LA VENDETTA Y OTRO CUENTOS DE HORROR
Guy de Maupassant

A este tipo sólo lo conocía por referencias en
torno al “mundillo” de Lovecraft, a modo de precursor o “inspirador” del gran
escritor de Providence. A raíz del título esperaba encontrar relatos de terror,
quizá, atendiendo a su época, gótico o victoriano. En definitivas cuentas,
historietas de miedo, de fantasmas o monstruos o apariciones o cosas así. Y es
que cometí el error de equivocar la palabra “horror” con “terror”.
Nada más lejos. Los cuentos de Maupassant tratan, sencillamente, de
asesinatos. Y son, sinceramente, horribles, en sentido literal. Situaciones
trágicas, de esas que si a uno le ocurriesen tardaría en aceptar. Relaciones
enfermizas de terrible final, venganzas espantosas… todo ello escrito con un
estilo cuidado, preciso en formas y fondo, y realmente bello. Si bien en un
principio me desconcertó no encontrar lo que buscaba, una vez hube terminado
los relatos tuve que aplaudir la pluma de Mapaussant. Más de uno de sus “horribles”
cuentos transmiten de manera genial la desesperación y la locura y, en cierta
forma, son una crítica a la violencia y sus consecuencias. Tiene la pega de que
muchos de sus relatos tienen como tema central el parricidio, convirtiéndose
así en gran parte en un monográfico sobre lo horrible y triste (o no) que puede
ser matar, o el deseo de matar, a tu propio padre, ya sea por puro odio
circunstancial o a modo de fría venganza. Así, llega el momento en que uno
tiene la sensación de no estar leyendo más que variaciones sobre el mismo tema,
y quizá por ello, al final se aprecian más los que se salen de ese esquema para
contar situaciones distintas. De todas formas, el conjunto de relatos que reúne
la edición merece mucho la pena.
Mención especial para el relato en que aparece muerta y con signos de haber
sido violada esa pequeña chiquilla a la que todo el mundo en el pueblo quería.
La manera en que se va desentrañando la historia es apasionante y, en cierta
forma, horrible y bella al mismo tiempo.
Con estas referencias, desde luego, he de indagar acerca de esa literatura de
Mapaussant más onírica y “de miedo”, inspiradora para Lovecraft. Y es que, como
escritor, este tipo deja un sabor de boca muy bueno, oiga.
PURA ANARQUÍA
Woody Allen

No creo que este tío necesite carta de
presentación, aunque quizá sorprenda (a mí me sorprendió) su faceta como
escritor. Verdaderamente es mucho mejor director que escritor, eso me quedó
bastante claro una vez terminado el libro.
Pura anarquía es un conjunto de relatos más o menos cortos que en la mayoría de
casos nada tienen que ver entre sí ni en tema ni en estilo; si acaso el
omnipresente humor socarrón que caracteriza al genio neoyorquino. En ese
sentido, el título le va que ni pintado. Y es que hay de todo, desde
historietas que se leen con un ligero aburrimiento hasta alguna (escasas)
genialidad, como ese fantástico relato que consiste en la correspondencia que
mantienen los padres de un crío con el monitor del campamento de verano al que
han mandado a su hijo. Los progenitores, como no podía ser de otra forma,
tienen a su hijo por una excelente persona, y cuando las cartas que envía el
monitor desmienten esa percepción, se inicia una pintoresca discusión no
carente de emotivos apelativos y mutuas recriminaciones… Ese relato sí es,
ciertamente, divertido, lúcido y bueno. El conjunto, no obstante, es bastante
normalito, e incluso en algunos de los relatos uno tiene la sensación de que se
trata de guiones desechados o más bien escenas desechadas (más de uno podría
ser, perfectamente, un extracto al estilo de esas situaciones que se van
sucediendo en su gran película “Desmontando a Harry”, como aquél relato en que
un tipo comienza, para su pesar y desconcierto, a levitar, no pudiendo parar de
hacerlo y provocando con ello una situación de lo más absurda y surreal).
Desde luego, se lo recomendaría como curiosidad a todo aquél que, como yo,
adore a ese inteligente, estrambótico, “desubicado” y con gran sentido del
humor, director que es Woody Allen. Por lo demás, tampoco se trata de nada
especial y, aunque me guíe en exclusiva por este libro, desde luego le
considero mil veces mejor como realizador de cine que como escritor. Pero sin
duda es una opinión sesgada, ya que ni siquiera sé si el tipo ha escrito más
novelas o relatos aparte de los aquí reunidos. Si es así, de seguro les echaré
un vistazo, ya que cuanto menos, como digo, se trata de una faceta suya digna
de ser conocida por sus “fans”, entre los que indudablemente me hallo.
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Ay, qué gustazo oyes, ir por fin terminando el trabajo acumulado. Ya sólo queda un libro de 2011, un librazo que se merece un concienzudo monográfico que ha de esperar a fin de exámenes. Y ya podremos ponernos con 2012, que está siendo mucho más fecundo y agradecido que el anterior, que, aunque cayeron librazos nivel Drácula, El desajuste del mundo o los dos que terminaban la "primera trilogía" de Dune, (aparte del mencionado que hará aparición estelar proximamente), el resto la verdad que, o estuvieron bien y fueron disfrutables como La vendetta o Peter Camenzind pero sin llegar ni de coña al nivel de obra maestra, o fueron una caca pero gorda, rollo el resto de Dune o Excusas para no pensar del amijo Punset.
Talapróxima.