miércoles, 12 de septiembre de 2012

Reseña de libros: Fin por fin de 2011

PENSAMIENTOS Y MEDITACIONES

Khalil Gibrán




Otro librito del genial poeta libanés que va pa la saca. Ya subí en su día uno de sus
capítulos. En lugar de hacer una reseña al uso dejaré que el texto, que animo encarecidamente a leer, hable por sí solo.

La sensibilidad y la ternura, el amor por la naturaleza y por el ser humano que exuda cada línea que escribe este hombre me enamoran. Quizá sea esta una recopilación un poco irregular, distinta de “El loco” y “El profeta”; pero el total da muy positivo. La fama que tiene Gibrán es más que merecida. 


EXCUSAS PARA NO PENSAR

Eduardo Punset




Puff… A ver, por donde empiezo. Gracias a la televisión quien más quien menos todos conocemos a este tipo, y en general la idea que tenemos de él es la de un buen divulgador científico, preocupado por cuestiones como la felicidad y el bienestar social, con una sana curiosidad en general y un sano interés por todas las cuestiones antropológicas y evolutivas en particular. Con esta carta de presentación, sumada al título del libro, esperaba encontrarme un lúcido texto crítico con la sociedad de hoy en día, donde la información abunda más que nunca (en mi opinión, más que abundar, satura), y donde aceptar como válidas las opiniones que compartimos, que nos resultan cómodas, por así decirlo, y rechazar las que no compartimos y nos resultan incómodas es, por desgracia, un hecho generalizado. Esperaba, digo, encontrar un texto que explicase desde un punto de vista científico ese comportamiento que, en definitivas cuentas, nos lleva a “no pensar”.

Y no me equivocaba, pero tengo que decir que me decepcionó bastante. Punset diserta a lo largo del libro sobre una serie de experimentos y resultados que le llevan a adoptar una postura ciertamente determinista y, en gran medida, sesgada de la realidad, acomodando sus premisas, razonamientos y conclusiones a un mensaje único y tendencioso en el que se entremezclan la búsqueda de la felicidad (no deja de tener ciertos visos de “libro de autoayuda”), la pereza a la hora de pensar y criticar razonablemente de los seres humanos y, quizá lo más decepcionante, una manera de escribir y exponer sus ideas completamente simplista, y eso sin ahondar en lo reiterativo que es y cuanto llega a cansar que continuamente vuelva la mula al trigo explayándose por enésima vez en tal o cual afirmación…

En el libro, básicamente, realiza un estudio biológico y sociológico del tema desde un punto de vista absolutamente inductivo en el que sus conclusiones supuestamente no dan lugar a contraargumentación… cuando lo cierto es que desde una perspectiva un poco más amplia pueden, constantemente, contraargumentarse. En definitivas cuentas, la lectura de su libro invita a no pensar, a aceptar como válidas todas sus conclusiones. Semejante contradicción es, por sí misma, lamentable.

En cierta forma ha supuesto, para mí, la caída de un “mito”. Sus posturas deterministas y reduccionistas tratan de explicar la realidad de una manera que yo no puedo creer ni compartir. Pienso que el mundo y, con más necesidad aún, el ser humano y su sociedad, no pueden sino ser analizados y explicados desde un ángulo lo más integrador posible, son infinitas todas aquellas cosas que influyen en la realidad y en la interpretación de la realidad y, por extensión, en el comportamiento humanos, y aunque la biología está ahí y debe ser, por supuesto, tenida en cuenta con mucha atención, tratar de reducirlo todo a cuestiones biológicas y evolutivas y explicar desde ahí todo lo demás resulta una postura tan sesgada y ciega que no merece demasiada atención. Además, en mi opinión tal reduccionismo, aunque en un sentido objetivo sea ciencia, es ciencia de la mala.

Con todo, explica algunos experimentos psicológicos interesantes y puede uno estar de acuerdo con ciertas cosas de las que expone, pero el total es, como digo, demasiado reduccionista y simplista como para ser tenido en cuenta con seriedad.

No imaginaba que una persona como Punset, a la que tenía por un tipo muy inteligente e inquieto, fuera a ser tan maniqueo en sus “lecturas” y conclusiones sobre el comportamiento humano y la manera de modificarlo. Sí, el mensaje que trata de transmitir es positivo y alentador, y quizá a mucha gente el libro le diga algo. A mí, en realidad, no me transmitió nada.



LA VENDETTA Y OTRO CUENTOS DE HORROR

Guy de Maupassant





A este tipo sólo lo conocía por referencias en torno al “mundillo” de Lovecraft, a modo de precursor o “inspirador” del gran escritor de Providence. A raíz del título esperaba encontrar relatos de terror, quizá, atendiendo a su época, gótico o victoriano. En definitivas cuentas, historietas de miedo, de fantasmas o monstruos o apariciones o cosas así. Y es que cometí el error de equivocar la palabra “horror” con “terror”.

Nada más lejos. Los cuentos de Maupassant tratan, sencillamente, de asesinatos. Y son, sinceramente, horribles, en sentido literal. Situaciones trágicas, de esas que si a uno le ocurriesen tardaría en aceptar. Relaciones enfermizas de terrible final, venganzas espantosas… todo ello escrito con un estilo cuidado, preciso en formas y fondo, y realmente bello. Si bien en un principio me desconcertó no encontrar lo que buscaba, una vez hube terminado los relatos tuve que aplaudir la pluma de Mapaussant. Más de uno de sus “horribles” cuentos transmiten de manera genial la desesperación y la locura y, en cierta forma, son una crítica a la violencia y sus consecuencias. Tiene la pega de que muchos de sus relatos tienen como tema central el parricidio, convirtiéndose así en gran parte en un monográfico sobre lo horrible y triste (o no) que puede ser matar, o el deseo de matar, a tu propio padre, ya sea por puro odio circunstancial o a modo de fría venganza. Así, llega el momento en que uno tiene la sensación de no estar leyendo más que variaciones sobre el mismo tema, y quizá por ello, al final se aprecian más los que se salen de ese esquema para contar situaciones distintas. De todas formas, el conjunto de relatos que reúne la edición merece mucho la pena.

Mención especial para el relato en que aparece muerta y con signos de haber sido violada esa pequeña chiquilla a la que todo el mundo en el pueblo quería. La manera en que se va desentrañando la historia es apasionante y, en cierta forma, horrible y bella al mismo tiempo.

Con estas referencias, desde luego, he de indagar acerca de esa literatura de Mapaussant más onírica y “de miedo”, inspiradora para Lovecraft. Y es que, como escritor, este tipo deja un sabor de boca muy bueno, oiga.


PURA ANARQUÍA

Woody Allen



No creo que este tío necesite carta de presentación, aunque quizá sorprenda (a mí me sorprendió) su faceta como escritor. Verdaderamente es mucho mejor director que escritor, eso me quedó bastante claro una vez terminado el libro.

Pura anarquía es un conjunto de relatos más o menos cortos que en la mayoría de casos nada tienen que ver entre sí ni en tema ni en estilo; si acaso el omnipresente humor socarrón que caracteriza al genio neoyorquino. En ese sentido, el título le va que ni pintado. Y es que hay de todo, desde historietas que se leen con un ligero aburrimiento hasta alguna (escasas) genialidad, como ese fantástico relato que consiste en la correspondencia que mantienen los padres de un crío con el monitor del campamento de verano al que han mandado a su hijo. Los progenitores, como no podía ser de otra forma, tienen a su hijo por una excelente persona, y cuando las cartas que envía el monitor desmienten esa percepción, se inicia una pintoresca discusión no carente de emotivos apelativos y mutuas recriminaciones… Ese relato sí es, ciertamente, divertido, lúcido y bueno. El conjunto, no obstante, es bastante normalito, e incluso en algunos de los relatos uno tiene la sensación de que se trata de guiones desechados o más bien escenas desechadas (más de uno podría ser, perfectamente, un extracto al estilo de esas situaciones que se van sucediendo en su gran película “Desmontando a Harry”, como aquél relato en que un tipo comienza, para su pesar y desconcierto, a levitar, no pudiendo parar de hacerlo y provocando con ello una situación de lo más absurda y surreal).

Desde luego, se lo recomendaría como curiosidad a todo aquél que, como yo, adore a ese inteligente, estrambótico, “desubicado” y con gran sentido del humor, director que es Woody Allen. Por lo demás, tampoco se trata de nada especial y, aunque me guíe en exclusiva por este libro, desde luego le considero mil veces mejor como realizador de cine que como escritor. Pero sin duda es una opinión sesgada, ya que ni siquiera sé si el tipo ha escrito más novelas o relatos aparte de los aquí reunidos. Si es así, de seguro les echaré un vistazo, ya que cuanto menos, como digo, se trata de una faceta suya digna de ser conocida por sus “fans”, entre los que indudablemente me hallo.

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Ay, qué gustazo oyes, ir por fin terminando el trabajo acumulado. Ya sólo queda un libro de 2011, un librazo que se merece un concienzudo monográfico que ha de esperar a fin de exámenes. Y ya podremos ponernos con 2012, que está siendo mucho más fecundo y agradecido que el anterior, que, aunque cayeron librazos nivel Drácula, El desajuste del mundo o los dos que terminaban la "primera trilogía" de Dune, (aparte del mencionado que hará aparición estelar proximamente), el resto la verdad que, o estuvieron bien y fueron  disfrutables como La vendetta o Peter Camenzind pero sin llegar ni de coña al nivel de obra maestra, o fueron una caca pero gorda, rollo el resto de Dune o Excusas para no pensar del amijo Punset.

Talapróxima.




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